El homónimo de Montevideo seguirá envejeciendo hasta volverse un clásico.
Allá en el 2012, la banda liderada por Alex Soto, vocalista y guitarrista de la misma, lanzó su único larga duración para después desaparecer de la escena. Sacaron algunos sencillos y un EP tiempo más tarde pero la agrupación ya se dirigía al silencio indefinido. Hoy en día el proyecto no se ha declarado como finalizado pero ya no está activo. Cambiaron varios integrantes y aunque trataron de mantenerse a flote, por diversas razones nunca se pudo aterrizar y ahora, Alex Soto encamina su carrera como solista.
Ven a mi casa, el fin de semana, y hagamos una fiesta para dos
Contigo, pista 1
Montevideo, el disco, se siente casi como el primer EP de una banda que pagó una producción básica con sus ahorros de algún trabajo de medio tiempo. Sin duda tiene ciertos detalles que no consolidan el sonido completamente, la producción se llega a sentir bastante amateur, no necesariamente lo-fi, y también, le faltó promoción en sus días de lanzamiento. De cualquier manera, está plagado de éxitos. En las diez canciones que conforman el material queda expuesto el gran talento como compositor con el que cuenta Soto.
Algunas rolas son demasiado sencillas, muy coloquiales, con coros sencillos y hay una que hasta puede ser simplona. Pero esto funciona. Y funciona muy bien. Es el álbum indie rock, aunque se sienta más como pop, que pudo haber enamorado a toda una generación. La propuesta es directa, son canciones memorables que podrías cantar mil veces en el Bulldog Café, aunque ya sabemos que eso es imposible. Además, de ser hit singles, las rolas pasan por cualquier cantidad de dinámicas. Hay baladas, rolas movidas, rockcitos suaves y mucho indie pop. Por otro lado, los temas que trataban podían ir desde el soundtrack perfecto para un verano hasta la rola para dedicar al amor de tu vida.
Tengo entendido que el álbum fue grabado y producido en su mayoría por Alex Soto, en ciertos aspectos ya se integraron más personas pero principalmente es un mérito personal. Y después estaba la banda en vivo conocida como Montevideo. Esto, aunque no sé si en primera instancia, le da un sonido muy característico a todo el material. Los arreglos son sencillos, medio clichés pero sin caer en lo genérico y aburrido. No encontramos más sorpresas sonoras o propuestas locamente novedosas. De todos modos no hace falta, es un disco relajado y con buena vibra que te atrapa más que nada porque son canciones muy bien hechas.
En un loop nos miramos hasta besarnos bailando
Loop, pista 9
La voz de Alex no sobresale al punto de ser el mejor cantante que existe y la instrumentación suena básica pero eso está excelente. No hubiera funcionado de otra manera. Hay algunos detalles con el lenguaje tan coloquial que se utiliza pero que también logra amarrar a fin de cuentas. No hay puntos muertos en el disco pero hay puntos demasiado altos, tal como sucede desde el principio con la primera pista, Contigo, y al igual con rolas como Vete, Paseo y Pensando. No obstante existe una rola que es Loop, que está tan bien escrita como las demás pero con la producción de este disco se opaca y hasta se arruina un poco. (Hubieran optado por mantener una versión más simple como en esta presentación).
Al final, es un disco que, justo como sucedió en su momento, puede pasar desapercibido. Sin embargo, si le prestas atención o vuelves a escucharlo podrás descubrir un nuevo significado y apreciar la calidad de composición de las rolas que se benefician de estos arreglos sencillos y producción simple. Si agarras el pedo, lo escucharás incontables veces.
Calificación: nueve.dos
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