LP: La sombra – (me llamo) Sebastián

 

De las voces más honestas, y proyectos colaborativos con sus fans, seguidores o uno que otro inversionista, es el chileno Sebastián Andrés Sotomayor Sepúlveda mejor conocido como (me llamo) Sebastián, quien desde hace 8 años ha sido fiel a compartir todo su talento y mucho sentimiento, con letras bastante transparentes.

Una de las peculiaridades de cómo salen a la luz sus discos, es a través de una plataforma estilo crewfounding que Sebastián inventó llamada la vaca infinita en donde aquellos interesados en poner su granito de arena recibían algo a cambio, dependiendo de la cantidad invertida obvio.

Es así que sus seguidores, son fieles a todo lo que hace, inclusive se vuelve muy interactiva la situación cuando de composición se trata. Claro que, sus estudios musicales lo han orillado a tomar un camino muy seguro y presentar maravillas bastante intensas.

Algunas canciones son un tanto autobiográficas, pero también la sensibilidad con la que crea historias de lo que sucede alrededor, lo convierte en un genio. Y es así que “La sombra” no es la excepción.

La primera con la que abre este disco en verdad me dejo sin palabras, la voz desgarradora de todo lo que sucede es sumamente emotivo; para mí fue un “no estoy llorando, se me metió un Hijos del peligro al ojo”. Subimos la emoción con Edificios donde el compás tan marcado, firme y seguro, da esa sensación de que no debemos parar hasta llegar al final. Consciente de la fragilidad con la que se desarrolla la juventud, Adolescente es un llamado a no fijarse en los prejuicios, a ser auténticos porque el tiempo no regresa, que es necesario amarse mucho sin pensar en el mañana. La tos es una pequeña historia de ese momento extraño en el que intentas resolver un problema apoyado de un toque extra; quien la escuche y haya tenido un acercamiento con ello, sabrá de lo que hablo. Una pieza mágica de este disco en lo personal es Los humanos la composición lírica es robusta por todo lo que implica, un escenario totalmente cautivador. Después de tanta emoción, viene el toque de esperanza cuando escuchamos Bajo este sol, pues el ambiente soñador que muestra en sus acordes es espléndido. Cuando me refiero a que Sebastián tiene la capacidad de crear verdaderas historias, Tus gatos es una de ellas; conforme avanza se puede observar un escenario lleno de locura, desesperación y angustia. Si algo disfruto de un artista, es que se den la oportunidad de jugar con mezclas diferentes de armonías y no se encasillen en una sola postura, Mi voluntad es así, muy alejado del estándar. La voz es una característica muy peculiar de este chileno, Que nada nos cambie le permite hacer esas cambios y variaciones vocales interesantes. Para cerrar este manojo de vibras estremecedoras, tenemos Las polillas batallan si, esta canción fue un single aunque esta versión es más simple pues acompañada de un bello piano, la vuelve más conmovedora.

Al terminar este disco, algunos (como yo) tendrán una serie de pensamientos y sentimientos encontrados. Este artista tiene la facilidad de transmitir toda la sensibilidad del mundo en cuestión de minutos. La melancolía en la que se desarrolla este disco, no está muy alejada de algo que hayamos vivido en algún episodio de la vida. Es un ser muy honesto, claro en cómo quiere hacer las cosas y seguro de lo que quiere proyectar, sobre todo cuando se trata de ofrecer conciertos en vivo y a todo color. Su presencia es impresionante.

Quiero agradecer a mi querido Xavi, que fue mi cómplice para inspirarme en esta reseña y envolverme en el mágico mundo de este gran compositor/músico/cantautor/productor de Santiago de Chile.