La palabra “folclore” engloba las raíces de una cultura, leyendas, costumbres y todo lo que distingue a una sociedad. Cuando hablamos de folclore chileno, sin dudarlo el nombre de Margot Loyola aparece como una referencia básica; no se necesita mayor explicación de todo lo que significa su nombre en la historia de este país, su legado es emblemático.
Daniel Sepúlveda mejor conocido como Gepe, compositor y multiinstrumentista connacional de Loyola, ha explorado diferentes géneros latinoamericanos, tomando la música andina como una base importante en sus composiciones. Durante sus más de 10 años de carrera, ha sorprendido por la variedad de ritmos y cadencias en cada disco, siempre ofrece una experiencia nueva, un sello especial que va marcado etapas significativas durante su recorrido en la industria. Sin embargo, desde su penúltima entrega “Ciencia Exacta” ya nos daba una pequeña pista de lo que sería su siguiente material. Inclusive en varias entrevistas, declaraba que se encontraba en un momento en su vida donde quería sentirse libre, envolverse de melodías más tranquilas, que pudiera disfrutar el sonido de cada instrumento de manera más orgánica.
Me considero una fiel seguidora de todo lo que ha hecho este gran músico, por lo que además de ir a (casi) todas sus presentaciones en México, también lo he seguido en sus redes sociales. A principios de este año, Dany empezó a subir muchas historias en Instagram en un lugar llamado “La Casa de la Cueca” donde a primera vista se respira un ambiente lleno de vida, música y mucha camaradería. Es así que Gepe, totalmente familiarizado con la importancia de enaltecer las raíces y orígenes de la música chilena, sorprende con un gran homenaje llamado “Folclor Imaginario (Canciones Recopiladas por Margot Loyola Palacios y Algunas Otras Que Parten Desde Ahí)”.
Todo lo que gira alrededor de este disco es realmente interesante, desde la curaduría que hubo para la selección de canciones, hasta los instrumentos que utilizarían para cada una de las piezas. La grabación se realizó en vivo, es decir, que todo lo que sucede en ese momento, es palpable para los oídos de quien goza de este viaje y las letras de cada una se respetaron tal cual. El diálogo que busca tener este disco con el público va más allá de un discurso pop, es un paseo a las entrañas del folclore característico de Loyola, que une a las nuevas generaciones con el timbre vocal de Gepe.
Hacer un homenaje a un personaje tan emblemático para Chile, no es sencillo por todo lo que representa y más cuando se junta con el centenario de esta gran compositora. Una mujer que siempre estuvo en contacto con la juventud, luchando por enaltecer la cultura, darle un estilo antropológico en sus investigaciones plasmándola en la música; es una responsabilidad muy grande.
Este disco cuenta con la participación de folcloristas, porque no se consideran músicos como tal, fueron alumnos de Margot, y la contribución en el sonido es verdaderamente rico, natural, lleno de vida y mucho color; la mezcla del arpa, el charango, los bombos, la zampoña, y el guitarrón son verdaderamente exquisitos.
El próximo 15 de noviembre Gepe regresa a la Ciudad de México para presentarse en el Centro Cultural Roberto Cantoral y no dimensionan la emoción que siento. Es un artista que de un momento a otro puede estar en la batería o en la guitarra, pero siempre disfruta todo lo que sucede en vivo. Ahora, acompañado de tremendos folcloristas, estoy segura que será uno de mis conciertos favoritos en este año.
GRANDE Gepe, eres GRANDE por hacer algo tan bello para una GRAN artista como Margot.
¡Que viva el folclor latinoamericano!