LP: Diferentes tipos de luz – Carlos Sadness

 

Dentro de las cosas que más disfruto, es añadir música diferente, nueva, refrescante que también inyecte energía a mis listas de reproducción. Puedo decir que esa combinación necesaria ahora tiene nombre y apellido, él es Carlos Sadness. Hoy brincamos al otro lado del charco para deleitarnos con las poderosas melodías de un músico procedente de Barcelona que, desde hace varios años ha estado activo en la escena musical y se mantiene firme en cada lanzamiento.

Llega a nosotros un disco bastante colorido llamado “Diferentes Tipos de Luz” el cual ofrece una gama de sensaciones cautivadoras en cada track. Revisando sus álbumes pasados, noté que siempre ha mantenido su esencia y sello personal (además del bonito acento español) para dejar una guía interesante conforme uno va descubriendo su trabajo.

Podría definirlo como uno disco lleno de vida, así se hable de amor o desamor; la estructura de su música es así, pase lo que pase nos deja una sensación radiante. Conforme fui escuchando cada una de las canciones del álbum, descubría que de alguna manera estaban ancladas, no eran piezas independientes, siempre dejaba rastro para entender la historia completa y dejar claro que el pop también tiene tonalidades distintas.

Todo comienza con Física Moderna, engalanada de una guitarra agradable que nos transporta a zonas bastante tropicales y movidas. Hale Bopp fue unos de los primeros sencillos que presentaron y realmente se alinea mucho a las líricas agridulces que se clavan en la mente de todo aquel que las escucha. Cuando leí que una canción se llamaba Sebastian Bach, pensé ¿cómo será esto posible? Y sí, lo es. Una pieza acompañada de ukelele y armonías cadenciosas bastante interesante, así como incluir “Sebastian Bach” de manera inteligente en la letra. Después de este viaje cálido, Semitransparente es un pequeño break, pero que no suelta la línea melódica de lo anterior. Seguido viene Te quiero un poco para llenarnos de una brisa hawaiana, que nos hace querer estar en una playa disfrutando de la vista natural. Ya familiarizados con esta serie de sensaciones llega la que quizás es mi favorita, Longitud de Onda; cuenta con esa base de guitarra muy reggae-tropical que le dan un toque muy especial a todo lo que sucede mientras crece la melodía. Chihuahua trae una sensación diferente, un tanto nostálgica y queda la incógnita si esa canción está dedicada a una paisana del norte de México o solo salió random el nombre mientras navegaba en Google. Volcanes Dormidos, regresa con ese espíritu de vida y una letra demasiado abstracta pero también interesante (el video es un #epicwin en el amor). Si algo disfruto son las colaboraciones con otros artistas porque aportan vibras diferentes que unidas son dinamita pura, así es Amor Papaya, pues Caloncho una vez más cautiva con la descripción de una persona utilizando diferente tipo de frutas (su video también ayuda a entender sus analogías). Para proceder a la siguiente canción, es importante poner en contexto que Carlos Sadness es ilustrador, por lo que el arte ha sido parte de su formación profesional; evidentemente la sensibilidad y conocimiento sobre diferentes artistas es una base importante, por ello, Kandinski es la combinación del amor a las bellas artes con la música. Diferentes tipos de luz, es un viaje fascinante por la gama cromática de iluminación, quizás natural o artificial pero siempre destellante. Silencio Antiguo, es congruencia absoluta pues, tiene espacios y vacíos de serenidad que fluyen a la perfección en cada segundo. El fulgor con la que llega la penúltima canción de este disco, es la piedra angular para entender la capacidad de Sadness al escuchar El relámpago. No diré más porque al percibir sus detalles, sabrán de lo que hablo. Despedimos este paseo con Pompeia, que en resumen es un poema a mantenernos vivos y perpetuarse de alguna manera.

Para el mes de noviembre, este mágico personaje tiene una serie de conciertos en diferentes lugares de nuestro país, toda la información de las fecha están en su página de Internet. Y si no puede ir, recomiendo a los cuatro vientos seguir su trabajo, porque realmente es una verdadera joya.