“First record: get them in.
Second record: make them think.
Third record: crush them.”
– John Mayer
Se necesitan tres álbumes de estudio para juzgar y realmente conocer a un artista. Con esto dicho, ahora hay que declarar que el tercer disco es el más importante en la carrera de un creador musical. (Invariablemente se tienen que omitir sencillos, compilaciones, EPs o cualquier otro material extra, para considerar únicamente a los largasduraciones o discos de estudio para sostener este argumento.)
John Mayer lo dijo y lo cumplió. Nos presentó dos álbumes, Room for Squares y Heavier Things, antes de lanzar Continuum, su obra más reconocida, la que lo llevo al mainstream, la favorita de los fanáticos y, claro, la que mejores ventas ha tenido. Esto no es coincidencia, lo hemos visto una y otra vez en artistas de distintos géneros, en diferentes épocas, con diferentes contextos y aún así es evidente que el tercer disco es el más importante en la discografía de cualquier músico.
A decir verdad, no muchos artistas han notado el potencial de su tercer lanzamiento pero los que han aplicado está filosofía, inconscientemente o hasta por accidente, han logrado trascender y superar límites que parecían imposibles. Puedo seguir argumentando pero la mejor forma de demostrar un hecho es con ejemplos: The Queen Is Dead de The Smiths, Dookie de Green Day, After the Gold Rush de Neil Young y London Calling, obviamente, de The Clash. Ya seas conocedor de estos artistas o si únicamente te suenan los nombres, sabes que son obras famosas o importantes. Pues sí, cada uno de los ejemplos mencionados fue el tercer lanzamiento de los artistas.
Aunque muchas veces escuchamos de una banda por su disco debut, el tercer álbum de estudio es el que se vuelve fundamental para el artista. El tercer lanzamiento marca la consolidación del artista. Es la oportunidad de crecer y dar un paso extra, la gente ya te conoce pero siempre puedes llegar más lejos. Los artistas que están en la posibilidad de sacar un tercer disco ya no son novatos, conocen como funciona la industria desde las entrañas y casi siempre tienen la posibilidad de crear lo que quieran por el hecho de tener ya dos discos bajo su brazo. Además tienen a su favor: dinero, espacio, oportunidades, tiempo y, evidentemente, experiencia.
Y no, esto no es un mito. Tal vez no sea un tema común pero sí es algo que pasa y no lo inventé yo, basta con estudiar o simplemente leer discografías de artistas para aceptarlo. Tenemos el Master of Puppets de Metallica, OK Computer de Radiohead, Born to Run de Bruce Springsteen, Reign in Blood de Slayer y Either/Or de Elliot Smith (por nombrar algunos). Para la mayoría de estos artistas el tercer lanzamiento fue el que los catapultó a la fama, los consolidó como leyendas o los hizo millonarios.
A veces los artistas comienzan a experimentar o explorar hasta su tercer álbum, ya sea por motivos personales, para cumplir con la disquera o por mantener una línea con sus fanáticos. Esto es lo que causa que muchas veces que el segundo lanzamiento de un músico se quede como una segunda parte a su primer material, una simple continuación sin aportar novedad, aunque no en todos los casos. Además esta idea del tercer lanzamiento ha sido olvidada y hasta pisoteada por varios artistas, así que tampoco está definido que tu tercer disco sea el mejor, inclusive puede ser tu peor material o chance tu reconocimiento venga hasta el quinto álbum.
Finalmente, creo que todo se resume a las palabras que nos compartió John Mayer, desde un punto de vista artístico, o de crecimiento personal y a la vez para un punto de vista publicitario o hasta de imagen. Para traducir y parafrasear un poco: con tu primer disco tienes que atrapar a la audiencia, consigue su atención. Con el segundo tienes que darles algo para pensar o de qué hablar, invita a la reflexión y por último incertidumbre. Aplástalos, sorprende, no te limites, sé libre, déjalos sin palabras.